No sé qué decir de este cuento, porque aún ahora, después de haberlo leído por lo menos cinco veces, aún me pone los pelos de punta. Es de miedo y no es de miedo, de la misma manera que 1984 no es de terror y te hace querer esconderte bajo las sábanas.
Lo único que se me ocurre es que, después de leer esta historia, mi manera de escribir, de
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